El sangrado nasal, conocido médicamente como epistaxis, es una situación común que la mayoría de las personas enfrentarán en algún momento de sus vidas. Aunque en la mayoría de los casos no representa un riesgo grave para la salud, es importante estar preparado y conocer cómo manejarlo adecuadamente.
Una epistaxis puede ser desencadenada por diversos factores, como la resequedad nasal, golpes, infecciones o la presencia de cuerpos extraños en la cavidad nasal. Según la Dra. María Valeria Chamorro, otorrinolaringóloga de la Clínica Reina Sofía en Bogotá, Colombia, los sangrados pueden ocurrir en la parte anterior o posterior de la nariz. Mientras que los sangrados en la parte anterior son de bajo riesgo debido a su proximidad a la salida nasal, aquellos en la parte posterior pueden ser más complejos de tratar debido a la dificultad para localizar la fuente del sangrado.
La Dra. Chamorro explica que la nariz está ampliamente irrigada con múltiples conexiones a los vasos sanguíneos importantes del cuerpo, lo que puede explicar por qué los sangrados nasales pueden ser profusos en algunos casos.
Para prevenir la epistaxis, es fundamental adoptar hábitos saludables y evitar actividades que puedan irritar la piel dentro de la nariz. La Dra. Chamorro ofrece cuatro recomendaciones clave:
- Evitar la manipulación de la zona interna nasal: La constante manipulación puede irritar la piel y aumentar la frecuencia de los sangrados.
- No permitir que los bebés se introduzcan objetos por la nariz: Esto puede aumentar el riesgo de sangrado e infección.
- Mantener la nariz lubricada: La resequedad nasal puede irritar la piel y aumentar la probabilidad de sangrado.
- Estar alerta ante sangrados recurrentes: Los sangrados nasales abundantes o recurrentes pueden ser indicativos de un problema subyacente y deben ser evaluados por un especialista.
En caso de presentarse una epistaxis, la Dra. Chamorro sugiere seguir estos pasos:
- Mantener la calma: La mayoría de los sangrados nasales no representan un riesgo grave.
- Buscar un espacio seguro y sentarse: Evitar caídas o golpes en la nariz.
- No inclinar la cabeza hacia atrás: Esto puede causar que la sangre se desvíe hacia la garganta.
- Aplicar presión sobre el cartílago nasal: Utilizar un algodón para detener el sangrado y respirar por la boca.
Aunque la mayoría de los sangrados nasales son inocuos, es importante buscar atención médica si los sangrados son recurrentes o abundantes. Mantener la calma y seguir las recomendaciones médicas puede ayudar a manejar adecuadamente este tipo de situaciones.



