“Los problemas de la política, se resuelven con más política. Si, no se hace en Colombia, las consecuencias, puede ser desastrosas”.
El país, pasa horas de incertidumbre y crisis, en la institucionalidad y democracia, en medio de marchas en las calles, frente al debilitamiento del trabajo y la fuerza empresarial, al punto del debilitamiento del poder adquisitivo de los ciudadanos.
Lo que existe, en Colombia, es un alto nivel de desinformación, falsas noticias y el uso irresponsable de la inteligencia artificial. “Este escenario hay que corregirlo, sin esperar la cita en las urnas, en el año 2026”.
En este contexto, se requiere formar una nueva clase dirigente, que llegue a través del voto popular, con fuerza de presente, visión de futuro y frente en “seco el subdesarrollo político”.
Además, la presente generación -los sobrevivientes de la emergencia sanitaria del Covid-19 – tenemos la obligación espiritual y moral, de brindarle a nuestros padres y abuelos, una recta final de la vida, dignidad desde su calidad, en todos los frentes.
“Hacer más; y, mejor política es necesaria desde la academia, desde el sector empresarial, desde nuestro metro cuadrado. Independiente de nuestro rol en la sociedad. Cada segundo cuenta. Salvar a Colombia del “populismo y el discurso por fuera de la institucionalidad y democracia, debe ser una prioridad.
De no hacerse está tarea, la “violencia se tomará más calles del país. Ya se tomó a las redes sociales. Así, se perdieron varias generaciones de venezolanos, bajo el régimen de Hugo Chávez y Nicolás Maduro”.
Sus consecuencias, las vemos en todos los países de América Latina, Europa y Estados Unidos. Es un tema de defensa de derechos humanos que involucra nuestra vida. El mejor regalo de Dios.