En la noche del pasado jueves 4 de abril, la ciudad de Cali fue sacudida por un violento ataque terrorista que tuvo como objetivo el Batallón Pichincha, ubicado en el barrio Meléndez. Alrededor de las 10:20 p.m., un vehículo cargado con explosivos detonó en las afueras del batallón, provocando daños y dejando a varias personas afectadas por la onda explosiva, aunque hasta el momento no se han reportado víctimas fatales.
Según informes preliminares, el intento de ataque se vio frustrado cuando los cinco cilindros explosivos se detonaron prematuramente, evitando que el vehículo cargado con explosivos lograra ingresar al interior del batallón. El concejal de Cali, Roberto Ortiz, expresó su condena a este acto terrorista a través de sus plataformas digitales, resaltando la resiliencia de la ciudad ante la violencia y la capacidad de las autoridades para hacer frente a las amenazas.
La Tercera Brigada del Ejército describió el incidente como relacionado con “artefactos explosivos improvisados” que fueron detonados desde el exterior del Cantón Militar de la Tercera Brigada. Las autoridades sugieren que los perpetradores del ataque pretendían afectar las instalaciones del batallón, pero sus planes se vieron frustrados por la detonación prematura de los explosivos.
La Alcaldía de Cali ha publicado mensajes en redes sociales para tranquilizar a la población, asegurando que las autoridades están evaluando la situación en el perímetro del Batallón Pichincha. Sin embargo, se ha informado sobre la preocupación de los residentes del área debido al estruendo y los daños causados por el ataque.
A pesar de las declaraciones oficiales que intentan minimizar el incidente, una mujer identificada como la esposa de uno de los militares estacionados en el Batallón Pichincha, manifestó su inconformidad durante una llamada a la emisora W Radio. Según ella, aunque no hubo víctimas mortales, sí hubo daños estructurales y las familias de los soldados se encuentran atemorizadas. Criticó las declaraciones que minimizaban el evento y expresó su deseo de que el presidente Gustavo Petro reconociera la gravedad del atentado.
El mayor general Erik Rodríguez Aparicio, en declaraciones posteriores, confirmó la naturaleza del ataque y destacó la violencia despiadada de los perpetradores, quienes intentaron afectar no solo las instalaciones militares, sino también viviendas y la escuela donde estudian los hijos de los oficiales y suboficiales.
El ataque terrorista en Cali ha generado conmoción y preocupación en la ciudadanía, mientras las autoridades continúan con las investigaciones para esclarecer completamente los hechos y tomar las medidas necesarias para evitar futuros incidentes de esta naturaleza.



