El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha emitido pronósticos que indican una semana de fuertes precipitaciones en 25 de los 32 departamentos de Colombia. Después de un inicio de año caracterizado por climas secos y soleados, el país se encamina hacia su primera temporada de lluvias del año, marcando un cambio significativo en las condiciones meteorológicas en amplias áreas del territorio, incluyendo La Guajira, Cesar, Magdalena y Valle del Cauca, entre otros.
Este cambio climático es evidente a medida que Colombia transita de una fase de sequía hacia condiciones más húmedas, con especial atención al fenómeno de El Niño, que inicialmente planteaba la expectativa de altas temperaturas y sequías. Sin embargo, según un reporte difundido por Blu Radio, el coronel Giovanni Jiménez, subdirector de Meteorología del Ideam, ha declarado que actualmente el país se encuentra en una “época de transición hacia la neutralidad”, disipando las preocupaciones sobre posibles olas de calor en un futuro cercano.
“Estamos en una época de transición. La parte más intensa de la sequía ocurrió a principios de enero y se han observado cambios significativos, especialmente en Chocó. Esperamos que, con la llegada de la temporada de lluvias, no se pueda hablar de olas de sequías”, dijo el funcionario. Añadió además que “ya no se puede hablar de olas de sequía, aunque se tenga el fenómeno El Niño de fondo”.
Para el martes 2 de abril, se pronostica una mayor cobertura de nubosidad con posibles tormentas eléctricas en diversas regiones, incluidas la Pacífica y la Andina. Esta tendencia de precipitaciones moderadas se extiende al miércoles 3 de abril, afectando principalmente a la región Caribe con lluvias en áreas centrales y del sur de departamentos como Córdoba y Sucre. Para el jueves 4 de abril, las previsiones del Ideam señalan lluvias intensas en la Orinoquía y la Amazonía, moderándose hacia el final de la semana, el viernes 5 de abril, con cielos mayormente nublados y precipitaciones entre moderadas y fuertes a lo largo de numerosas áreas del país.
Estas predicciones climáticas subrayan la importancia de la preparación y la adopción de medidas preventivas frente a posibles eventos extremos en Colombia. El reconocimiento y análisis de fenómenos como El Niño y La Niña juegan un papel crucial en la mitigación de riesgos y la planificación a nivel nacional, procurando minimizar el impacto ambiental y social de estas variaciones climáticas.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) también pronosticó intensas lluvias en siete localidades de Bogotá para los días venideros. Estas precipitaciones, que se espera sean de “mayor intensidad”, afectarán a Usaquén, Engativá, Barrios Unidos, Suba, La Candelaria, Chapinero y San Cristóbal.
Según informó Daniel Useche, jefe (e) de la Oficina de Pronósticos y Alertas del Ideam, estos fenómenos climáticos podrían ir acompañados de tormentas eléctricas en horas de la tarde, aunque las mañanas se mantendrán secas con nubosidad variable.
“Se esperan condiciones de lluvia en horas de la tarde, acompañadas, en algunos casos, de tormentas eléctricas”, manifestó Daniel Useche, jefe (e) de a Oficina de Pronósticos y Alertas del Ideam a Red+ Noticias.
El contexto actual de las condiciones climáticas en Bogotá refleja un incremento en la frecuencia de las lluvias, a pesar de no haber concluido el fenómeno de El Niño. Esta situación ha traído consigo la caída de granizo y el colapso de árboles debido a fuertes vientos, complicando la movilidad en la ciudad. El Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger) reportó la caída de tres árboles el lunes 1 de abril como consecuencia de las condiciones adversas.
De cara al futuro, el Ideam anticipa una transición hacia una fase neutral del fenómeno de El Niño en los próximos meses, seguida por la llegada del fenómeno de La Niña durante el segundo semestre de 2024. La Niña se caracteriza por un incremento en las precipitaciones y una reducción en las temperaturas, afectando principalmente a las regiones Andina, Caribe y Pacífica, así como a áreas del piedemonte de los Llanos Orientales.
Se estima que la probabilidad de ocurrencia de este fenómeno es igual o superior al 64% para el trimestre julio-agosto-septiembre.