El 7 de mayo se conmemora el Día Mundial del Asma, una fecha que nos recuerda la importancia de concientizar sobre esta enfermedad crónica que afecta a una gran parte de la población mundial. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 aproximadamente 262 millones de personas en todo el mundo padecían asma, cobrando la vida de 455,000 individuos ese mismo año. En Colombia, esta preocupación no es menos significativa. Estimaciones sugieren que alrededor de 1 de cada 8 personas en el país sufren de asma, convirtiéndola en una de las principales preocupaciones de salud pública.
Las enfermedades respiratorias crónicas, incluyendo el asma, ocuparon el cuarto lugar como causa de mortalidad no fetal en 2021, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Esta enfermedad se caracteriza por la inflamación de las vías respiratorias, lo que conduce a dificultades para respirar y una serie de síntomas que incluyen sibilancias, opresión en el pecho y tos, especialmente durante la noche, la madrugada o al realizar ejercicio. Aunque comúnmente se asocia con la infancia, el asma puede manifestarse en cualquier etapa de la vida, afectando a personas de todas las edades.
La variedad de síntomas y desencadenantes hace que cada caso de asma sea único. Se reconocen tres tipos principales según su gravedad: leve, moderado y grave, diferenciados por la frecuencia y severidad de los síntomas. Diagnosticar esta afección implica un proceso que incluye la evaluación de síntomas, antecedentes familiares y pruebas de función pulmonar, como la espirometría.
Una de las principales barreras para el manejo efectivo del asma es la falta de conciencia sobre su gravedad y la tendencia de algunos pacientes a normalizar sus síntomas. Sin embargo, esta condición puede tener un impacto significativo en la calidad de vida y, en casos graves, representar un riesgo para la vida. Es fundamental comprender que el asma es una enfermedad manejable y, con un tratamiento adecuado, los pacientes pueden controlar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.
Aunque no existe una cura definitiva, los tratamientos farmacológicos y la adherencia a ellos pueden reducir la mortalidad y mejorar el pronóstico de la enfermedad. Se insiste a quienes experimentan síntomas de asma a buscar atención médica para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado. Desde EPS Famisanar se resalta la importancia de los inhaladores respiratorios como herramienta clave en el manejo del asma leve y moderada, mientras que en casos más graves pueden ser necesarios enfoques terapéuticos que incluyan tratamientos no farmacológicos y medicamentos específicos.
En conclusión, la conciencia y el acceso a la atención médica son fundamentales en la lucha contra el asma. Tomar acción y promover la relevancia de la detección temprana y el tratamiento adecuado para esta enfermedad respiratoria crónica puede cambiar vidas y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen en Colombia y en todo el mundo.
