En un mundo cada vez más interconectado y dependiente de la tecnología, las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) se perfilan como las profesiones del futuro. Estas áreas de estudio no solo ofrecen grandes posibilidades de desarrollo profesional y económico, sino que también son clave para responder rápidamente a las demandas empresariales, mantenerse a la vanguardia de los avances tecnológicos y garantizar una alta empleabilidad. En Colombia, la relevancia de este sector es evidente: según la Federación Colombiana de Software, en 2023, el sector de las TIC registró una tasa de desempleo del 0%.
Sin embargo, pese a estos avances, la participación femenina en las carreras STEM sigue siendo un desafío significativo. Según un estudio de Michael Page sobre el mercado laboral TI en América Latina, Colombia ocupa el cuarto lugar en participación femenina en el sector. Datos del DANE revelan que solo el 31% de las mujeres participa en campos de ciencias naturales y exactas, y en áreas de ingeniería y tecnología la cifra desciende al 24%.
Los retos culturales y estructurales
Expertos de SoftServe, una multinacional líder en consultoría de software y servicios digitales, señalan que los estereotipos culturales de género han alejado a niñas, adolescentes y mujeres de estudiar estas carreras. La creencia errónea de que el género influye en las habilidades y oportunidades ha resultado en que solo el 31,5% de las mujeres en Colombia se enfoque en disciplinas STEM, según el Ministerio de Educación Nacional. Además, problemas de conectividad, infraestructura y formación agravan la situación, limitando el acceso y la permanencia en estas áreas.
Iniciativas para cerrar la brecha de género
Para abordar esta problemática, tanto desde la academia como desde el sector empresarial se están desarrollando diversas iniciativas. Las universidades están implementando estrategias para desmitificar la exclusividad de los programas STEM y fomentar una mayor inclusión femenina. Con solo el 14% de mujeres matriculadas en las facultades de ingeniería, según datos del Ministerio de Educación Nacional y la Sociedad Colombiana de Ingenieros, las instituciones están creando comunidades internas y organizando actividades que potencian la participación femenina, exaltando sus logros y contribuciones.
Por su parte, las empresas están diseñando programas de reclutamiento para atraer a más mujeres a las carreras STEM. Estas iniciativas no solo destacan las oportunidades de crecimiento profesional, sino que también promueven un ambiente laboral inclusivo. Además, comunidades tecnológicas y redes de mujeres en el país están trabajando para fomentar la educación en estas áreas, visibilizando a referentes femeninos y sus aportes al sector.
SoftServe y su compromiso con la inclusión
SoftServe, en particular, ha sido un actor clave en promover la inclusión femenina en el mundo laboral tech. A nivel global, el 36% de sus colaboradoras son mujeres, una cifra que supera la referencia mundial del 34% según el Informe sobre la Brecha Global de Género 2023. En la compañía, el 53% de estas mujeres ocupan cargos gerenciales y el 23% desempeñan roles altamente técnicos. Además, SoftServe ofrece cursos gratuitos dirigidos a mujeres, enfocados en áreas STEM, para que adquieran conocimientos y habilidades en TI y accedan a empleos formales.
“Aún nos hace falta camino para erradicar los sesgos de género que se tienen sobre las carreras STEM”, afirma Sasha Aponte, líder de responsabilidad social corporativa de SoftServe. “Sin embargo, el trabajo realizado para desmitificar el sector ha llevado a un creciente interés genuino de las mujeres en estos campos. Uno de los principales impulsores ha sido el cambio cultural en la sociedad, que está reconociendo la importancia de la igualdad de género en todos los ámbitos, incluidos los campos STEM. Este cambio cultural está impulsando a que más mujeres consideren estudiar estas carreras y se adentren al mundo tech”, concluye Aponte.
Conclusión
El camino hacia una mayor inclusión femenina en las carreras STEM es aún largo y lleno de retos, pero los esfuerzos conjuntos de la academia y las empresas están empezando a dar frutos. Al derribar estereotipos y ofrecer oportunidades concretas, se está abriendo un panorama más inclusivo y prometedor para las mujeres en estas áreas, asegurando así un futuro más equitativo y lleno de posibilidades en el mundo de la ciencia y la tecnología.
