Una nueva raza de viajeros está impactando a la industria del turismo. Personas que demandan cada vez más conectividad, más coworking y más inspiración a donde quiera que llegan. Algunos los llaman ‘millennials’, otros les dicen ‘emprendedores’, mientras que unos más los catalogan de ‘disruptores’.
Sea cual fuere su nombre, lo cierto del caso es que la industria turística ha tenido que reinventarse en función de ellos. Son educados y gustan del diseño. Personas entre los 25 y 50 años amantes de la exploración y el descubrimiento. Promueven la ecología, la diversidad y la inclusión. Además, están interesados en anteponer la experiencia y lo que comen y beben por sobre la tarifa.
A medida que el mundo se ha vuelto más global, así mismo esta nueva estirpe de turistas está cambiando las reglas del juego tanto en los destinos, como en los hoteles y restaurantes. También en las atracciones y aerolíneas.
“El acceso a internet en cualquier rincón del hotel no es negociable, como tampoco los espacios colaborativos abiertos o una buena barra de gin-tonics”, declara convencida Lisette Sprangers, gerente general del AC Hotel by Marriott Santa Marta, una propiedad que –con apenas 18 meses en el mercado-, está dando de qué hablar entre esta nueva generación.
Lo digo por su vacanísimo diseño intuitivo, que invita a conectarse no solo con las cosas digitales, sino también con las personas y la cultura local. Como todos los AC Hotels en el mundo, su recepción no se llama lobby sino ‘AC Lounge’, un espacio trendy repleto de sofás y mesitas para pasarla productivo y relax al mismo tiempo. Un lugar que, de la noche a la mañana, se convierte en galería de arte.
Algo similar sucede con el AC Kitchen, el restaurante del piso 2, en donde su chef se inventó una nueva carta que combina platillos samarios con preparaciones internacionales. ¿El resultado? Sabores, aromas y texturas locales con toques de España, de donde es originaria la marca.
“Es lo que buscan los viajeros de hoy: conectarse con las costumbres locales en gastronomía, arquitectura, diseño y cultura y –al mismo tiempo-, hospedarse en un ambiente cosmopolita y minimalista que evita las fricciones durante el viaje”, explica Sprangers.
Por ‘fricciones’, la ejecutiva hace referencia a aquellas variables y puntos de contacto que pueden causar contratiempos en el viajero moderno. Por ello, este hotel tomó decisiones inéditas tales como eliminar el botones y el room service, factores que contradicen la fluidez que buscan los nuevos turistas.
Es así como los hoteleros modernos han venido reinventándose para proponer mezclas sorprendentes e inusuales que incluyen una tiendita de snacks junto al lobby (llamada AC Store), un bar colmado de vino y cocteles y una sala de coworking, todo en el mismo lugar. Allí, es común encontrar una reunión de negocios o una fiesta entre amigos con música electrónica en vivo.
Son personas altamente móviles, imperiosamente digitales y urbanos de vocación.
Gente exigente y preparada intelectualmente que –por sobre todas las cosas- busca elevar su experiencia mientras viaja. Es el paradigma del viajero moderno y la industria se prepara para satisfacerlo. ¿Estás preparado?
